martes. 19.03.2024

La crisis del coronavirus conlleva el resurgir de los productos en lata. Actualmente podemos encontrar desde lentejas y judías hasta melocotones, mermelada o las clásicas sardinas en lata.

Sin duda, uno de los mejores inventos del hombre y al que, en tiempos de pandemias, debemos estar muy agradecidos.

 

Son saludables

El atún natural o los pimientos son alimentos naturales que no se ven alterados por el hecho de estar metidos dentro de un recipiente y envasados al vacío.

Muchos de estos alimentos cuentan con un aditivo para evitar que se oxiden o contaminen.

Realmente habría que consumir una cantidad muy grande de esta clase de aditivo para que resultase dañino al organismo, aunque lo que sí es importante tener en cuenta es la cantidad de sal que pueden contener las diferentes conservas.

Larga duración

El coronavirus esperamos que pase pronto, y no los 6 años que puede durar una lata de conserva a temperatura ambiente.

La duración tan amplia se debe a que esterilizan los productos para poder alargar su vida útil, además de aplicar un tratamiento térmico

Es importante tener en cuenta que, aunque duren 6 años, no implica que con el tiempo su sabor mejore. Una vez abiertas deben guardarse dentro de la nevera y consumirse antes de 24 horas.

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Líquido de conservación

¿Eres de los que escurre el líquido que contienen las conservas o lo mantienes?. Sea cual sea la respuesta, puedes estar tranquilo.

No es necesario escurrirlo y es totalmente seguro. En el momento en el que lo desechamos, posiblemente estemos perdiendo micronutrientes y la sal que contiene. 

Indistintamente, el líquido de los berberechos, mejillones, atún o garbanzos, es totalmente seguro.

Mal estado

Se considera una lata de conserva en mal estado cuando está abollada, oxidada o si al presionar la tapa no vuelve a la posición inicial.

Si algo de esto ocurre, el interior de la lata se halle en mal estado y por ello no sea seguro comerlo.

Ocurre lo mismo con los botes con verduras o legumbres que no emiten ningún sonido cuando los abrimos. Esto ocurre porque el aire pasa al interior de la conserva y se contamina.

En cambio, si se encuentra una lata de conserva hinchada, posiblemente esté contaminada por la bacteria Clostridium botulinum o toxina botulínica.

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